Me.. ¿Estas desafiando? {Cescy}

Era una tarde tranquila, y aunque el sol estaba por desaparecer no hacia ni frio ni calor. El campo de de deporte estaba vacio, no habia rastro ni de porristas, ni de rugbyers y menos aún de profesores.. solo se apreciaban un par de chicos jugando al fútbol a la distancia de unos largos pasos. ¿Justo esta semana me viene a tocar a mi? ¿Justo cuando se viene la semana de los intercolegiales? Nada con lo que no puedas Behati, los hecharas. Algunos pensamientos de reproche se presentaban en mi cabeza, y es que no me convencia la idea de tomar la responsabilidad de los materiales deportivos por estos días que la Profesora se tomo de Licencia, pero si algo me preocupaba, era la dificil tarea de espantar a esos chicos que se creian dueños del campo, sobretodo al morocho que por lo que me conto la teacher, era el más 'bravo'. Me acerqué a ellos muy tranquilamente disfrutando con la mirada la hermosura del lugar, ya que era la primera vez que me metia a este. Permanecí parada a un costado esperando que me prestaran atención y al encontrarme con ninguna reacción de su parte, inocentemente aclaré la garganta y con una diminuta sonrisa, murmuré- Chicos.. Se termino la hora de los juegos. -Un suspiro se escapó de mis labios al sentir como la indiferencia agitaba en el lugar, humedecí los labios y tras una pequeña mueca, me cruce de brazos dedicandome a observar como pateaban al arco y a creer en el pretexto de: "No podran ignorarme por tanto tiempo". Los minutos pasaban y ellos seguian riendose, nombrando chicas, jugadores y blabla, entre otras tipicas cosas de chicos, que desde adentro me nació la Behati frontal. Convencida y con un tono firme, acoté- Hey tu, el morocho. -Al percatarme de como a la distancia se daba vuelta con un aire de superación, arquié ambas cejas y posando un brazo sobre mi cintura muy naturalmente, continué acompañando mi diálogo con mi mano libre tratando de mantener una postura firme- Sí vos, el morocho de peinadito parado.. ¿Sos sordo eh? -Me quedé detenida por un momento al estudiar los detalles de su rostro, tenia un rostro muy prolijo pero.. bueno, mejor no decir nada. Cuando su ceja se levanto, de inmediato bajé la mirada hacia el balon que detuvo delante de él como insinuandome que lo fuera a buscar, y si, esto fue lo que hice. Me acerqué hacia el balon sin despegar la mirada de su rostro, muy concentrada en el papel de aparentar frimeza y convencida con la idea de que todos estos 'rebeldes', eran flojos cuando se le imponia un poco de carácter.

El sol se posaba justo arriba de nosotros, inmenso y resplandeciente, haciendo brillar a las siluetas que corrían de un lado a otro sobre la cancha siguiendo la jugada antes acordada. A pesar de la presencia de aquel brillante en el cielo, la suave brisa nos mantenía algo frescos. Tome la orilla de mi playera una vez más para eliminar las gotas de sudor que se formaban en mi frente por la actividad continua. La pelota cayó en mis pies y sin pensarlo dos veces me apresure sobre la cancha esquivando a algunos defensas jugando un poco con el balón para tirar directo al arco. Maldición. Me lleve las manos a la cara en ademan de frustración, el portero había logrado atajar la pelota dejándome solo con las ganas de gritar el gol. Joseph, el defensa central, se acerco hasta mí con un aire divertido y dándome un ligero golpe en el brazo se atrevió a recordarme mi anterior cita con la chica nueva en el campus acompañado de unas risas y algunos otros comentarios. –Pues, vaya que me la pase bien anoche en nuestra cita.. algunas rubias son mi debilidad. –sonreí para mi recordando parte de la “cena” de ayer, cuando una vez más me sorprendió con un nuevo comentario que no pude entender del todo hasta que una voz más bien femenina, irrumpió en nuestra conversación incitándome a girar. Una castaña de estatura media se encontraba a mitad de la cancha con expresión… molesta? No sabía reconocer la expresión en su rostro pero me gustaba lo que veía. Tenía el tipo de modelo pero enseguida me di cuenta que era más ruda que eso. Enarque una ceja fingiendo sorpresa al saber que se refería a mí y con una leve sonrisa formándose en la comisura de mis labios, me atreví a ofrecerle el balón colocándolo delante de mis pies en señal de que fuera por el si lo quería. Más bien estaba probando su firmeza. No parecía una de esas chicas que se deja intimidar. Una vez estuvo lo suficiente cerca, aleje el balón pateándolo hacia atrás. Enseguida adopto una posición defensiva y cruzándose de brazos comenzó a “insultar”. No pude más que sonreír y negando con suavidad mire a los chicos para ver que también parecían divertidos. –Linda, no sé si te fijaste bien, pero acá estamos todos jugando. –los señale con el brazo y ellos solo menearon la cabeza en afirmación. –No crees que es mala idea venir a molestar a un par de chicos mientras se divierten? –enarque una ceja como esperando su respuesta y continúe- ¿Cómo te llamas? –murmure relajando un poco mi expresión volviéndola algo seria. Su mirada logro distraerme, seguía firme y eso me atraía.

El clima dentro de la cancha era bastante pesado, no por el motivo de tener que lidiar con ellos y ponerle los puntos a las íes, sino que por el olor a traspiración que estos tenían, principalmente el de mi derecha, el de la camiseta del Barcelona. Si bien los hombres sudados era algo sumamente atractivo, ese chico me daba un poco de repelo. Que peste, un desodohorante para ese. Mantuve la mirada desafiante en el “morocho” a medida que me aproximaba hacia el balón, pero esté lo patio hacia atrás e inconscientemente, me crucé de brazos y con mi mentón elevado a la par de una de mis cejas, asimilando así una actitud altanera, le murmuré con un tono sarcástico- ¿A eso llaman jugar? –Al percatarme de como señalaba con su mano hacia los costados, haciendo referencia a sus amigos, tomé un mechón de cabello y estirándole las puntas, observé de pasada con la misma expresión a varios de los jugadores, de los cuales identifiqué a uno de ellos. El ex de mí mejor amiga. Me encogí de hombros para volver luego con la mirada hacia él cuanto continuó con el dialogo y en un intento de fingir disimulación, me detuve un momento a observar sus brazos y la traspiración de su camiseta. Humedecí mis labios algo sorprendida y volví a verlo al rostro. Esa sonrisa, esa tranquilidad, y esa indiferencia ante mis reacciones comenzaron a provocarme cada vez un poco más. Di un par de pasos más hacia él, con una sonrisa muy diminuta y al encontrarme con sus preguntas, respondí tranquilamente mientras me acercaba más a él decida a pasarlo para llegar hasta el balón- Soy Behati. –Humedecí nuevamente mis labios y insinué- ¿Y acaso tiene consecuencias hacerlo? Porque dudo que me hagan algo eh, se los ve tan indefensos.. –En mi intento de pasarlo, se planto frente a mi evitando que llegara al balón. Mi mirada se fijó en sus ojos desafiandolo y insistí en pasar por el otro lado tras un breve comentario, modulando ampliamente el movimiento de mis labios y dejando una expresión de estres en mi rostro- Per mi so.. -El estaba provocandome y eso no me divertia, pero me gustaba.

Una ligera sonrisa se escapo de mis labios al percatarme de como cambiaba rápidamente su actitud, para una vez mas buscar intimidarme. Me encantaba el echo de que tratara de verse fuerte y desafiante, a pesar de que solo era una frágil y pequeña chica. Solté un leve suspiro rodando los ojos con su comentario y me aproxime unos cuantos pasos hasta quedar frente a ella. -Quiero creer entonces que eres una muy buena jugadora, si es que te atreves a criticar el como jugamos. -enarque una ceja como si aquello fuese una pregunta y ladee un poco la cabeza al murmuro de sus labios. Behati. No era un nombre muy común pero estaba seguro que no se me olvidaria, -Cesc. -susurre acompañado de un asentimiento, como si esa fuera mi presentación ocasional. Alzando la vista & ampliando mi sonrisa me asegure de bloquearle el camino hasta el balón. No iba a ser tan fácil, ya que me estaba desafiando con sus comentarios quería ver que tan lejos podría llegar. Baje la mirada hasta la suya que ahora se encontraba marcada por la frustración al tiempo que mordí mi labio con diversión tratando de contener una risa. Humedecí mis labios con paciencia y solté un suspiro como meditando mi respuesta. -Indefensos no somos... Pero tienes razón en pensar que no te haremos nada. Aunque, -continué formando una pequeña sonrisa a medida que evaluaba su condición con indisimulo para terminar en su mirada que se posaba con fijeza en la mia. -tu si harás algo por nosotros. -una única seña basto para que el balón estuviese de vuelta a mis pies. Entoncs con un leve golpesito lo eleve hasta mis manos extendiéndolas a la chica como ofreciéndole una vez mas el balón. Negué con suavidad al ver que se aproximaba a tomarlo & me encamine hasta la linea de tiros, centrado a la portería y dejando caer el balón en la marca musite. - Tienes tres tiros. Si me metes un gol, nos vamos de acá sin discutir mas. -eleve los brazos como en rendición y luego los baje colocandolos en mi cintura con suficiencia- pero, si no metes ninguno. Bueno.. entonces tu y yo nos veremos mas tarde.. en nuestra cita. -sonrei dándole a entender que me aseguraba el éxito y me aleje dando grandes pasos hacia atras hasta acomodarme en el centro de la portería. Estaba confiado en que no metería ninguno. Después de todo, firme o lo que fuese, no dejaba d ser una chica a la que le interesaban las compras y el no ensuciarse.

Su actitud era solo desafiarme, y si bien no me conocía ya tenía los indicios de que estaba subestimándome demasiado. Humedecí mi labio superior muy lentamente con la punta de la lengua mientras él se afirmaba frente a mí para comenzar a hablar. Ladeé la cabeza para verlo a los ojos con un aire de superación, cerré los ojos llevando la mano a mi boca fingiendo un amplio bostezo ante sus palabras pero al abrirlos y encontrarme con esa ceja en alto, enderece mis postura y a la distancia mínima de sus labios murmuré palabra por palabra como quien intenta coquetear- Yes, I am baby. –Perdí la mirada en la profundidad de esos ojos oscuros que tenia ya que me encantaban, pero nuevamente insistió con sus palabras y esa actitud tan machista y superada que inconscientemente me provocaba y me anima a prenderme en su juego, mejor dicho a caer en su juego aunque si de algo estaba segura era de que no se lo dejaría nada fácil. No soy como las demás. Separé la mínima distancia entre nuestros rostros con un pequeño paso hacia atrás y me afirmé posando una mano sobre mi cintura escuchando con atención todo lo que decía. Levante ambas cejas totalmente sorprendida, su comentario me había tomado desprevenida y al percatarme de cómo observaba indisimuladamente mi contextura física, levanté mi remera a mitad de mi pecho para atarla con un nudo al costado y dejar así parte de mi silueta al descubierto. Permanecí mirándolo por un momento y cuando su mirada volvió a la mía, me acerqué señalándolo con el dedo hasta que este se hundiera en su pecho- No insistas en provocarme porque no soy como con las que estas acostumbrado a jugar.. Conmigo es diferente. –Presione un poco más mi dedo sobre su pecho para intentar empujarlo pero él estaba muy firme y mi empujón no tuvo ningún efecto, pero aún así no reducí mi postura hasta que estiro sus brazos hasta mi con el balón, le sonreí un poquito y me acerque con unos muy pequeñitos pasos pero lo quito delante de mí, crucé mis brazos para ver lo que hacía y es que no me había molestado que no me lo haya dado, es más, me hubiese decepcionado si lo hubiese hecho. Escuché con atención lo que me decía sin perderme ninguno de sus detalles y cuando se hizo el rendido llegue a comprender que escondía mucho carisma detrás del papel de chico rudo y mujeriego que jugaba con el mundo, pero aún así sus palabras continuaron y para variar, volvió a desafiarme. Me reí un poco por lo de la cita pero solo asentí con suma ironía en cada uno de mis movimientos. Me acerqué hasta el balón sin saber que hacer, ya no me había dejado opción de contradecirle nada, y fue entonces cuando comencé a dudar, si bien no es difícil patear una pelota en mi vida había jugado a este deporte. Decidida a hacer tiempo, me incliné rectamente hasta el balón para acomodarlo muy tranquilamente en una postura sexy, y al escuchar algunos comentarios de sus amigos, levanté la mirada para verle desde la misma postura y le guiñe el ojo. Terminé de acomodar la pelota, me enderece y comencé a acomodar lentamente mi cabello con la intención de molestarlo y es que si algo los hombres que conocía odiaban, era esto. Me posicione detrás de la pelota, me acomodé dispuesta a patear y hamague un tiro. De inmediato posicioné la mirada en él, y bajé la mirada con una sonrisa traviesa al ver como nisiquiera se habia movido desde su postura y fue cuando descubrí que en verdad, era bueno en este deporte- Veo que estas atento pero.. necesitaras más que eso. -Ahora sí, ya iba decidida a sacarlos del lugar por lo que solo patie sin direción alguna-